viernes, 26 de junio de 2020

Tejiendo a dos agujas un sweater de muñeca sin patrón



Hace unos días mi hija vio en la vidriera de una juguetería una muñeca que lucía un sweater a juego con uno que se vendía en talle para niña. Por supuesto, me preguntó si podía tejer para su muñeca preferida uno igual al que ella llevaba puesto. No soy especialista en el tejido a dos agujas, pero no perdía nada con intentarlo. Al no contar con un patrón y no haber tejido nunca una prenda en tamaño miniatura, tuve que ir haciendo y deshaciendo sobre la marcha, al mejor estilo Penélope. Así y todo, al día siguiente la muñeca tenía un abrigo nuevo y mi hija, una sonrisa en su cara.



Si tienen algunas nociones básicas de tejido a dos aguas, los animo a intentarlo. Les doy algunas pautas a tener en cuenta:

  • Para decidir sobre el ancho de la parte trasera y la delantera, tengan en cuenta que en casos como la muñeca de mi hija ("Our Generation", similar a la "American Doll"), la parta trasera es bastante más grande que la delantera. Yo las hice del mismo tamaño y hubiera quedado más holgado si la trasera hubiera sido más grande.
  • Cuando calculen el ancho del puño presten atención a la posición de los dedos de la mano (en mi caso los dedos están muy abiertos).
  • El cuello es otro punto sumamente importante: estas muñecas suelen tener cabezas grandes y peinados complejos, que no van a querer que se arruinen al poner la prenda si tiene que pasar por la cabeza. Por lo que lo ideal es que el escote tenga una abertura. Yo opté por dejar abierto un hombro, hacer una pestaña para que la unión no quedara desprolija y coloqué unos botones para cerrarla.

jueves, 25 de junio de 2020

De los errores se aprende



A diferencia de la costura, el bordado y el tejido a dos agujas, en el que mis primeros pasos los di con alguien a mi lado enseñándome con santa paciencia (en especial mi mamá y mi abuela paterna); el crochet lo aprendí sola, mirando las indicaciones en alguna Burda vieja de mi mamá y-no hace mucho tiempo-, sumé las técnicas de tejido en espiral mirando o leyendo tutoriales en internet.

Cuando uno aprende solo y el resultado no es el esperado, cuesta darse cuenta dónde estuvo el error. Por eso voy a hacerles una lista de los míos, por si les ayuda a descubrir los suyos:

1) No elegir una aguja y un hilado adecuado para los primeros tejidos: Si bien lo más común es arrancar con lo que se tiene a mano, empezar a tejer en crochet con un hilo en el que las hebras se separan con facilidad, una lana fantasía con diferentes grosores, una lana peludita, un color muy oscuro que no permite distinguir bien un punto de otro, una aguja demasiado gruesa o una aguja demasiado delgada, puede ser la causa de que pensemos que el tejido a ganchillo no es para nosotros. Para que esto no sea un problema: hagan sus primeras pruebas con una lana de un grosor medio y una aguja número 3 1/2 ó 4 (lo ideal es que sea medio punto más gruesa que lo recomendable para esa lana, porque cuando se hacen los primeros tejidos es muy común tensar más de la cuenta).

2) No saber contar los puntos en la cadena de base (en una próxima entrada amplío este punto).

3) Olvidarse de hacer las cadenas “de vuelta” o “de subida” en los tejidos planos.

4) Pecar de confiados y no tomarse un ratito de vez en cuando para mirar el tejido, contar los puntos y chequear si en algún momento no inventamos alguno o nos salteamos otro.

5) Si descubrimos que metimos la pata, ser demasiado perezosos como para deshacer el tejido hasta el lugar anterior al error.

6) No usar una buena técnica para unir las lanas o hilos al cambiar de color o de ovillo, en especial en tejidos que van a ser usados y lavados con frecuencia. He visto con dolor como las margaritas de una manta enorme empezaba a perder pétalos por esta causa.

7) Combinar hilos o lanas de distintos grosores en un tejido que está pensando para ser parejo (porque obviamente el cambio de grosor puede ser un efecto buscado intencionalmente).

8) En los tejidos circulares, no usar un marcador de vueltas creyendo que vamos a acordarnos de la ubicación del primer punto simplemente llevando la cuenta de los puntos tejidos.

9) Reemplazar un marcador de vueltas con una horquilla en tejidos circulares muy pequeños (muchas veces el mismo movimiento de la mano al tejer termina tirando la horquilla y después ya no sabemos dónde estaba).

10) Equivocar el punto siguiente después de hacer una disminución (si usan el método de la disminución que sólo toma una hebra de lana de cada punto, es muy frecuente equivocarse)

11) No llevar la cuenta prolija (anotada en un papel o con un contador de vueltas) del número de vuelta que estamos tejiendo.

12) Abandonar una vuelta que tiene aumentos, disminuciones o variaciones de puntos por la mitad. En esos casos es mejor dejar el tejido antes de empezarla o terminarla completa.

13) Por último, y no por eso menos importante: comenzar con un proyecto demasiado ambicioso. Empezar con un cuadrado y lograr que quede cuadrado, es un gran objetivo para arrancar.
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