martes, 12 de abril de 2022

Cómo coser un botón... correctamente


No sé si es una expresión muy común, pero en mi casa cuando alguien se refería a una persona que era completamente nula para las actividades manuales decían: "no sabe ni coser un botón". Así que para que a ninguno de mis lectores le pueda caber esa expresión, les voy a enseñar cómo coser un botón. Seguramente estarán pensando "pero... por supuesto que yo sé hacer eso muy bien". Si es así, les propongo que igualmente le den una mirada a esta entrada, ya que tal vez descubran que en realidad... no sabían hacerlo correctamente ;-)


1) Para empezar tomaremos una aguja de coser que pase con facilidad por los orificios del botón, la enhebraremos con un hilo doble y haremos un pequeño nudo en la punta. Con la aguja así preparada daremos una pequeña puntada desde el derecho de la tela, que no sea más grande que la distancia entre los agujeros del botón. Comenzamos desde el derecho para que el nudo quede tapado por el botón y que por el revés sólo queden unas cuantas puntadas superpuestas muy prolijas.

El color del hilo dependerá del resultado esperado; pueden optar por uno al tono del botón para que pase desapercibido o, por el contrario, puede ser que prefieran un tono bien contrastante como opción de diseño. Por supuesto que si lo que están haciendo es volver a coser un botón en una prenda que ya cuenta con otros, tendrán que buscar el hilo más parecido al que fue usado para el resto.

El comienzo será el mismo para cualquier tipo de botón, pero la costura en sí del botón tendrá algunas diferencias en función de cuántos orificios tenga. Pero empecemos con el más básico -que sería el botón de dos agujeros-, ya que en definitiva los otros necesitarán pequeñas variaciones de la técnica usada para éste.


2) Introducimos la aguja por el primer orificio desde la parte de atrás del botón, luego la metemos por el segundo agujero y atravesamos la tela pasando por el mismo lugar por donde dimos la primera puntada (o un poquito más afuera, no es necesario ser taaaan exactos). Desde el revés introducimos la aguja donde termina la puntada y salimos del otro lado por el primer orificio.
Repetimos este paso tantas veces como necesitemos para que el botón quede bien asegurado. En general con unas tres  o cuatro repeticiones bastará. De esta manera del revés se verá una serie de puntadas perfectamente superpuestas (que además de quedar muy prolijas permitirán hacer un único corte en caso de que quisiéramos descoser el botón).




viernes, 26 de junio de 2020

Tejiendo a dos agujas un sweater de muñeca sin patrón



Hace unos días mi hija vio en la vidriera de una juguetería una muñeca que lucía un sweater a juego con uno que se vendía en talle para niña. Por supuesto, me preguntó si podía tejer para su muñeca preferida uno igual al que ella llevaba puesto. No soy especialista en el tejido a dos agujas, pero no perdía nada con intentarlo. Al no contar con un patrón y no haber tejido nunca una prenda en tamaño miniatura, tuve que ir haciendo y deshaciendo sobre la marcha, al mejor estilo Penélope. Así y todo, al día siguiente la muñeca tenía un abrigo nuevo y mi hija, una sonrisa en su cara.



Si tienen algunas nociones básicas de tejido a dos aguas, los animo a intentarlo. Les doy algunas pautas a tener en cuenta:

  • Para decidir sobre el ancho de la parte trasera y la delantera, tengan en cuenta que en casos como la muñeca de mi hija ("Our Generation", similar a la "American Doll"), la parta trasera es bastante más grande que la delantera. Yo las hice del mismo tamaño y hubiera quedado más holgado si la trasera hubiera sido más grande.
  • Cuando calculen el ancho del puño presten atención a la posición de los dedos de la mano (en mi caso los dedos están muy abiertos).
  • El cuello es otro punto sumamente importante: estas muñecas suelen tener cabezas grandes y peinados complejos, que no van a querer que se arruinen al poner la prenda si tiene que pasar por la cabeza. Por lo que lo ideal es que el escote tenga una abertura. Yo opté por dejar abierto un hombro, hacer una pestaña para que la unión no quedara desprolija y coloqué unos botones para cerrarla.

jueves, 25 de junio de 2020

De los errores se aprende



A diferencia de la costura, el bordado y el tejido a dos agujas, en el que mis primeros pasos los di con alguien a mi lado enseñándome con santa paciencia (en especial mi mamá y mi abuela paterna); el crochet lo aprendí sola, mirando las indicaciones en alguna Burda vieja de mi mamá y-no hace mucho tiempo-, sumé las técnicas de tejido en espiral mirando o leyendo tutoriales en internet.

Cuando uno aprende solo y el resultado no es el esperado, cuesta darse cuenta dónde estuvo el error. Por eso voy a hacerles una lista de los míos, por si les ayuda a descubrir los suyos:

1) No elegir una aguja y un hilado adecuado para los primeros tejidos: Si bien lo más común es arrancar con lo que se tiene a mano, empezar a tejer en crochet con un hilo en el que las hebras se separan con facilidad, una lana fantasía con diferentes grosores, una lana peludita, un color muy oscuro que no permite distinguir bien un punto de otro, una aguja demasiado gruesa o una aguja demasiado delgada, puede ser la causa de que pensemos que el tejido a ganchillo no es para nosotros. Para que esto no sea un problema: hagan sus primeras pruebas con una lana de un grosor medio y una aguja número 3 1/2 ó 4 (lo ideal es que sea medio punto más gruesa que lo recomendable para esa lana, porque cuando se hacen los primeros tejidos es muy común tensar más de la cuenta).

2) No saber contar los puntos en la cadena de base (en una próxima entrada amplío este punto).

3) Olvidarse de hacer las cadenas “de vuelta” o “de subida” en los tejidos planos.

4) Pecar de confiados y no tomarse un ratito de vez en cuando para mirar el tejido, contar los puntos y chequear si en algún momento no inventamos alguno o nos salteamos otro.

5) Si descubrimos que metimos la pata, ser demasiado perezosos como para deshacer el tejido hasta el lugar anterior al error.

6) No usar una buena técnica para unir las lanas o hilos al cambiar de color o de ovillo, en especial en tejidos que van a ser usados y lavados con frecuencia. He visto con dolor como las margaritas de una manta enorme empezaba a perder pétalos por esta causa.

7) Combinar hilos o lanas de distintos grosores en un tejido que está pensando para ser parejo (porque obviamente el cambio de grosor puede ser un efecto buscado intencionalmente).

8) En los tejidos circulares, no usar un marcador de vueltas creyendo que vamos a acordarnos de la ubicación del primer punto simplemente llevando la cuenta de los puntos tejidos.

9) Reemplazar un marcador de vueltas con una horquilla en tejidos circulares muy pequeños (muchas veces el mismo movimiento de la mano al tejer termina tirando la horquilla y después ya no sabemos dónde estaba).

10) Equivocar el punto siguiente después de hacer una disminución (si usan el método de la disminución que sólo toma una hebra de lana de cada punto, es muy frecuente equivocarse)

11) No llevar la cuenta prolija (anotada en un papel o con un contador de vueltas) del número de vuelta que estamos tejiendo.

12) Abandonar una vuelta que tiene aumentos, disminuciones o variaciones de puntos por la mitad. En esos casos es mejor dejar el tejido antes de empezarla o terminarla completa.

13) Por último, y no por eso menos importante: comenzar con un proyecto demasiado ambicioso. Empezar con un cuadrado y lograr que quede cuadrado, es un gran objetivo para arrancar.

viernes, 28 de diciembre de 2018

Eligiendo el tamaño adecuado de aguja de crochet


Para que un tejido a crochet / ganchillo quede bien, es importante elegir la aguja del grosor correcto. El criterio para seleccionarla tiene que ver fundamentalmente con tres puntos:

1) El grosor de la lana o el hilo con el que se va a tejer

2) La tensión con la que cada uno teje

3) Lo tupido que debe quedar el trabajo terminado

El primero de los criterios es el más objetivo, a mayor grosor de lana, mayor grosor de aguja se debería usar. El segundo puede ir variando a o largo de nuestra historia (es muy común que ajustemos de más la tensión -es decir, que tiremos mucho de la lana- cuando estamos aprendiendo a tejer); pero el criterio también sería a más tensión, mayor número de aguja. Finalmente, el tercero es el más subjetivo. Podemos querer que un trabajo quede todo apretadito, como en el caso de una agarradera de cocina para que no pase el calor o un amigurumi para que no se escape el relleno por los agujeros; o por el contrario queremos un resultado "blandito".

Lo que habrá que tomar en cuenta también será que si estamos siguiendo un patrón, de estos tres factores también va a depender el tamaño del producto terminado.

jueves, 29 de noviembre de 2018

De la madeja al ovillo


Hay cosas que tal vez para algunas personas sean una obviedad, pero cuando hace varios años empecé a escribir este blog, tuve como principio no dar nada por sentado, así que voy a seguir fiel a mi estilo.
En la entrada anterior les conté que alguno de los materiales que podemos usar para tejer son el hilo y la lana. Es muy posible que cuando lo compren ya esté listo para empezar a trabajar, pero también puede ser -o al menos es lo más común en mi país- que lo que se lleven a su casa sea una linda madeja que previamente deberán convertir en un ovillo, a ese proceso se lo conoce como "devanar".

Hay unas maquinitas super prácticas para hacer este proceso en forma semi-automática, pero para serles sincera jamás tuve acceso a una de ellas, así que les voy a contar como se hace con el estilo casero.


Lo más importante de este proceso es abrir bien la madeja para que no se enrede. Primeramente desenroscamos esa especie de nidito que nos entregaron (como el que se ve en la primera foto) y nos aseguramos de lograr un círculo prolijo. Yo les hice un lindo corazoncito para que la foto quede más vistosa, pero lo que hay que lograr es un simple círculo ;-)

El segundo paso es encontrar un voluntario que preste sus bracitos sin cansarse hasta que terminemos nuestra tarea. Cuando era chica, era muy común ver a mis hermanas o a mí poniendo los brazos para que mamá devanara la lana para nuestro próximo sweater. Mi descendencia no es tan paciente, así que yo recurro al respaldo de una silla. Cualquiera sea el método (manos voluntarias o respaldo de la silla), hay que usarlo para sostener la madeja y poder ir girando alrededor mientras formamos el ovillo enrollando la lana.


Pero antes de llegar a ese último paso, una vez que la madeja está sostenida y no hay posibilidad de que se enrede, hay que buscar las ataduras que sostienen la madeja y cortarlas. Por lo general tiene dos o tres. Una de ellas corresponde al final y principio de la madeja, así que será de una de esas puntas, la que debemos empezar a girar al principio alrededor de nuestra mano y luego ir formando el ovillo (o pelotita) de lana.

Nota para lectores "intermedios": Si dominan el devanado, pero nunca se dieron cuenta de este dato, les comento que por lo general podemos dividir la madeja en dos partes casi iguales si nos guiamos por el cruce de las ataduras (donde se juntan para formar el ocho que sostiene la madeja es usualmente la mitad del hilado).

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