Los botones no son sólo un elemento funcional para cerrar una prenda sino que también cumplen una función decorativa. En algunos casos, son el costo más alto en una confección. Por eso, a la hora de elegir un botón hay que tener en cuenta que existen infinidad de opciones.
Además de la clásica forma circular (1), en el mercado podemos encontrar muchas formas de fantasía, como es el caso de los ejemplos 2, 3 y 4.
En cuanto al material con el que están hechos, podemos hallar de plástico (1), de cuero (2), de metal (3), de nácar (4) y de tela (5), entre otras opciones.
Según su cantidad de orificios podemos encontrar botones con 4 agujeros (1), con dos (2) y con uno sólo en un mango (3). Este último de usa especialmente para prendas como abrigos donde el grosor de la telas requieren una mayor altura en la unión del botón y la tela. No es muy frecuente, pero también se pueden hallar botones con más agujeros, pensados para que al coserlos se forme algún diseño en particular según la dirección en que se atraviesen los agujeros.
Si bien estrictamente no son botones, los broches a presión son otra alternativa para cerrar una prenda. Están los que se colocan con una prensa especial y se componen de cuatro partes (1) y los que se cosen (2) que están formados por dos piezas. En ambos casos se pueden encontrar en metal y en plástico.
Como verán cuentan con muchas alternativas y son todavía más si tenemos en cuenta que en algunas mercerías pueden hacer teñir los botones en cualquier color que elijan o forrarlos con una tela a elección.
Cuando los botones se empiecen a sumar, les convendrá buscar una buena forma de guardarlos. Tal vez estos consejos para almacenarlos les resultarán de utilidad.
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