Tener un imán en nuestro costurero es de mucha utilidad a la hora de levantar rápidamente de la mesa o del piso los alfileres o agujas que se hayan caído. No es necesario comprarlo en ninguna casa especializada, un simple imán de la heladera sirve perfectamente.
El enhebrador de aguja resulta muy práctico si no tenemos buena vista o si queremos enhebrar una aguja con ojo muy pequeño. La forma de utilizarlo es muy simple: se inserta el alambre en el ojo de la aguja, se pasa la punta del hilo por el rombo formado por el alambre y luego se tira del enhebrador quedando "mágicamente" el hilo enhebrado en la aguja.
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