Si bien lo más usual es comenzar una costura realizando un nudo en la punta del hilo, también puede empezarse con una puntada doble.
1) Se realiza una pequeña puntada.
2) Hay que cuidar que quede una pequeña parte del final del hilo a la derecha de la puntada.
3) Se vuelve a introducir la aguja realizando el mismo recorrido que en la primera puntada.
4) De esta manera, quedan dos puntadas superpuestas que no se soltaran con facilidad.
Si bien este comienzo da un acabado más prolijo, tal vez resulte un poco menos seguro que el comienzo tradicional con un nudo, por lo que si se desea una mayor resistencia, se pueden aumentar el número de puntadas superpuestas.
Resulta ideal para telas con transparencia en las que el nudo se vería del otro lado o tules, donde el nudo escaparía entre los agujeros.
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